En un momento dado me acerqué a una conversación que estaban
manteniendo algunos compañeros. Hablaban de la libertad de elección del ser
humano, hablaban de el por qué hacemos cosas por los demás sin querer, por qué
hacemos cosas porque la rueda de la sociedad nos lleva, en definitiva hablaban
de los “por qué” de los actos que sin querer, o sin estar convencidos hacemos
por los demás o de porque esta sociedad
está montada de esta manera.
¿Por qué nos casamos por la Iglesia si no somos
católicos practicantes?, y a este respecto, hubo una compañera que decía que
ella se casó por la iglesia porque le gustaba toda esa “parafernalia” (en el
buen sentido de la palabra) y como ella lo respeta todo, esa era la manera de
casarse que a ella le gustaba, pero no por ser católica practicante sino porque
le gustaba la celebración, la ceremonia, el lugar, el vestido…. en fin, que era
muy bonito y estaba muy contenta de ello, y creo que es respetable y admirable. Además doy fe de que su pareja es aun mas reacio a este tipo de celebraciones, pero él lo hizo por ella...
Ahí tenemos un ejemplo de hacer las cosas sin arrepentimientos y convencidos.
Había otro compañero que comentaba que el se casó por la iglesia por darle gusto a su madre y por su novia, pero que no estaba convencido de ello, y no era su ilusión, luego se separó (hecho irrelevante, pero que comento). Lo pasó bien en la boda, pero luego se ha dado cuenta de que no debería haberse casado por la iglesia, pues él ni es católico, ni cristiano…pero en fin, “disfrutó” de aquel día. Ahora no se casaría por la iglesia, dice él. Pero vamos a poner un caso. ¿Qué pasaría? si se enamora “de verdad” de alguien, y ese alguien es tan católico y cristiano que no le cabe en su cabeza no casarse por la iglesia. ¿Qué pensáis que haría este chico? ¡Difícil elección! ¿Verdad? Bueno, pues esta introducción, me sirve para intentar argumentar mi postura ante este tipo de elecciones, y he puesto la de las bodas por la iglesia, como podía haber puesta cualquier otro ejemplo de situaciones en la vida que se suponen deben ser elegidas libremente…y sin coacción de ningún tipo, llámese la coacción, madre, padre, hermanos, familiares, amigos o enemigos, vergüenza, compañeros, hipocresía, sociedad…
Había otro compañero que comentaba que el se casó por la iglesia por darle gusto a su madre y por su novia, pero que no estaba convencido de ello, y no era su ilusión, luego se separó (hecho irrelevante, pero que comento). Lo pasó bien en la boda, pero luego se ha dado cuenta de que no debería haberse casado por la iglesia, pues él ni es católico, ni cristiano…pero en fin, “disfrutó” de aquel día. Ahora no se casaría por la iglesia, dice él. Pero vamos a poner un caso. ¿Qué pasaría? si se enamora “de verdad” de alguien, y ese alguien es tan católico y cristiano que no le cabe en su cabeza no casarse por la iglesia. ¿Qué pensáis que haría este chico? ¡Difícil elección! ¿Verdad? Bueno, pues esta introducción, me sirve para intentar argumentar mi postura ante este tipo de elecciones, y he puesto la de las bodas por la iglesia, como podía haber puesta cualquier otro ejemplo de situaciones en la vida que se suponen deben ser elegidas libremente…y sin coacción de ningún tipo, llámese la coacción, madre, padre, hermanos, familiares, amigos o enemigos, vergüenza, compañeros, hipocresía, sociedad…
La premisa que
expongo en este comentario es que, quien hace algo por alguien no debe nunca
arrepentirse, es decir, si yo un día realizo una acción que no haría por mi o para
mí pues no es mi convicción, pero la realizo por que se que a alguien querido
le gustaría que yo lo hiciera o beneficia a alguien en algo, en mi corazón jamás
debería existir el arrepentimiento.
La libertad de acción y las equivocaciones son lo que engrandece al ser humano.
El arrepentimiento solo es justificable cuando se daña...y es cuantificable en la medida de ese daño que se hace, bien sea a quien se quiere mas, o bien sea a cualquier ser...
La libertad de acción y las equivocaciones son lo que engrandece al ser humano.
El arrepentimiento solo es justificable cuando se daña...y es cuantificable en la medida de ese daño que se hace, bien sea a quien se quiere mas, o bien sea a cualquier ser...
¿Quien
demonios soy yo para decir lo que está mal ó lo que está bien?
Cuando alguien
elije, solo tiene derecho a ser criticado por él mismo, si se da cuenta de que
esa acción fue equivocada, pero
¿realmente fue equivocada? O simplemente hay una diferencia temporal, es decir,
cuando un día elijo hacer algo, y lo
hago libremente, no quiere decir que otro día, sin coacción de ningún tipo, mi
respuesta ante el mismo hecho sea diferente, y no por ello soy más libre en una
situación que en la otra, soy igual de libre y ejerzo mi libertad temporal-emocional
para elegir. Y por eso ¿no tengo
principios?, pues creo que si los tengo. Los principios los marcan las situaciones de
cada momento, los estados de ánimo, las emociones con los seres mas queridos y
menos queridos, los sentimientos, bien sean de amor, de amistad, de
compañerismo, laboral, de culpa, de orgullo, de complicidad, de cariño.
Sentimientos acompañados con caricias, con gestos, con guiños, con miradas…
Esos sentimientos son los que determinan que la elección en un momento dado sea
una u otra.
Y cuando elijes libremente
hacer esto o aquello, ¿Hay que esperar recompensa? La recompensa es la satisfacción personal de haber hecho lo
que querías por quien querías, porque en el fondo lo haces por ti mismo, y para
ti. Creo que si aprendemos a no esperar nada de nadie, es cuando nos damos
cuenta de lo mucho que se nos quiere.
Yo, sin ir mas lejos, aunque a veces
estoy mas lejos de mi de lo que quisiera he tenido, como supongo que todos, que tomar una
decisión al tener dos o mas opciones o alternativas, y elegí una de ellas, y no podré arrepentirme, porque accioné con
libertad, la libertad que me da tener personas a mi alrededor de las que siento
su cariño hacia mi, o a lo mejor es lo que percibo y no lo es tanto, pero si he
de decir que me siento muy querido, y no creo que sea falso orgullo, es
simplemente una sensación emocional, que espero me permita ser libre.
Cuando
intentas estar pendiente del más mínimo detalle de las personas queridas, es
cuando es más fácil no equivocarte. Y hay detalles que no se pueden pasar por
alto.
Hace un tiempo, vi unos cuantos de esos detalles que me hacen creer en las personas. En una celebración donde uno de los anfitriones, que no podía pasar desapercibido por su situación, parecía como que nadie le felicitaba, quizá por respeto, o quizá por miedo, o quizá por vergüenza, cuando en un momento dado, una persona decidió “libremente” decirle ¡Enhorabuena!, y darle dos besos, hecho que yo, que posiblemente lo hubiera hecho, aun no había decidido llevarlo a cabo. Luego, un poco más tarde, cuando su hija me presento a este anfitrión, no pude más que abrazarle y darle dos besos que me llenaron de orgullo y lo hice libremente. Quizá el momento anterior no fuera el idóneo pues no lo hice, pero sí que es verdad que algo se removió en mi corazón y mi alma cuando vi aquella primera muestra de cariño hacia esta persona. Hubo otro detalle de uno de mis grandes amigos y compañero (y lo de compañero lo comento, pues gracias a ser mi compañero, ahora es uno de mis mejores amigos), me comento que él jamás hubiera estado en el lugar donde se encontraba, pero que lo hacía por ella, una amiga, y hablando conmigo llego a la conclusión de que no se arrepentía de ello. Pues pienso, que esas muestras de cariño son las que hacen que la libertad de elección sea lo más preciado que tenemos, extrapolando siempre la salud, claro está.
Hace un tiempo, vi unos cuantos de esos detalles que me hacen creer en las personas. En una celebración donde uno de los anfitriones, que no podía pasar desapercibido por su situación, parecía como que nadie le felicitaba, quizá por respeto, o quizá por miedo, o quizá por vergüenza, cuando en un momento dado, una persona decidió “libremente” decirle ¡Enhorabuena!, y darle dos besos, hecho que yo, que posiblemente lo hubiera hecho, aun no había decidido llevarlo a cabo. Luego, un poco más tarde, cuando su hija me presento a este anfitrión, no pude más que abrazarle y darle dos besos que me llenaron de orgullo y lo hice libremente. Quizá el momento anterior no fuera el idóneo pues no lo hice, pero sí que es verdad que algo se removió en mi corazón y mi alma cuando vi aquella primera muestra de cariño hacia esta persona. Hubo otro detalle de uno de mis grandes amigos y compañero (y lo de compañero lo comento, pues gracias a ser mi compañero, ahora es uno de mis mejores amigos), me comento que él jamás hubiera estado en el lugar donde se encontraba, pero que lo hacía por ella, una amiga, y hablando conmigo llego a la conclusión de que no se arrepentía de ello. Pues pienso, que esas muestras de cariño son las que hacen que la libertad de elección sea lo más preciado que tenemos, extrapolando siempre la salud, claro está.
Mirar esta escena...
Nunca se sabrá...
En otra situación personal no muy lejana en el tiempo, al final de la
noche tomé una decisión. Que fue marcharme en un momento muy concreto, y lo hice libremente,
pero lo hice por alguien, pero también lo hice por mí y creo que hice bien y no
me arrepentiré jamás. Aquel “gracias por
todo”, se me ha quedado grabado en mi alma y allí estará por siempre, y al ver
las emociones, las reacciones, los gestos, las risas, los lloros, las miradas, de
esta persona es cuando me siento agradecido y orgulloso de elegir con libertad.
Para documentar lo que sigue visionar antes este video.
Para documentar lo que sigue visionar antes este video.
¿Bonito? No..., lo siguiente..., precioso ¿Verdad?, a mi me encanta.
Pues llegado este momento, intentaré sin extenderme mucho, intentar explicar que es para mí la libertad de acción en una pareja. Bastante complicado…Dicen que “la libertad de uno termina cuando empieza la del otro”. Bueno, bueno…Vamos a ver. Yo diría que la libertad de uno no termina nunca, a no ser, que ese uno quiera, si no que la libertad se apacigua cuando al elegir haces sufrir al de al lado, sobre todo si el que está a tu lado es un ser querido. Entonces, si a tu lado tienes al ser mas querido de la capa de la tierra, y el querer es reciproco, ¿Dónde está la falta de libertad? ¿Se debe crear un problema? ¿Dónde está realmente el problema?... Dos personas que se quieren nunca se deberían hacer daño, sea cual sea la opción que se elija en un momento dado, sobre todo si es una elección individual. Pero ¿es posible que en una pareja, pueda existir realmente “La Libertad ”? Los hechos palpables
demuestran claramente que “no”, y es una pena y muy grande pues no habría nada
más bonito que ser “libre en pareja”. Creo que no “casan” mucho la palabra
libertad, con la palabra “pareja”, si nos remitimos a los hechos visibles que
nos rodean. Y no sé por qué me da que es, sino imposible, muy poco probable ese
“casamiento”, aunque en el fondo la mayoría probamos… Desde luego quien así
viva ó así se crea que vive, debería ser plenamente feliz. Por eso no debería
existir el arrepentimiento, y en la pareja tampoco. Cuando haces esto o aquello
por tu ser querido, ¿que mayor recompensa que hacerlo y demostrar el amor que
procesas?
Pues llegado este momento, intentaré sin extenderme mucho, intentar explicar que es para mí la libertad de acción en una pareja. Bastante complicado…Dicen que “la libertad de uno termina cuando empieza la del otro”. Bueno, bueno…Vamos a ver. Yo diría que la libertad de uno no termina nunca, a no ser, que ese uno quiera, si no que la libertad se apacigua cuando al elegir haces sufrir al de al lado, sobre todo si el que está a tu lado es un ser querido. Entonces, si a tu lado tienes al ser mas querido de la capa de la tierra, y el querer es reciproco, ¿Dónde está la falta de libertad? ¿Se debe crear un problema? ¿Dónde está realmente el problema?... Dos personas que se quieren nunca se deberían hacer daño, sea cual sea la opción que se elija en un momento dado, sobre todo si es una elección individual. Pero ¿es posible que en una pareja, pueda existir realmente “
“No hay mayor
recompensa en la vida que sentirse libre para escoger, y al escoger ayudar, en
el fondo actuamos por orgullo y satisfacción
personal”.
“Que seáis todo lo libres que queráis, pues el grado de libertad lo marca cada uno con su persona”.
PD: Quiero dejar bien claro que todo lo que escribo son sensaciones e inquietudes mías. En ningún caso pretendo nada que no sea exponer mis ideas sobre mi filosofía de vida, que en mi caso no es otra que darle toda la importancia a ser feliz...
PD:El subtítulo de la entrada es el título de una gran película...
PD:El subtítulo de la entrada es el título de una gran película...